La mañana nos encuentra a mi esposo y a mi entre mates y un lápiz que desliza sobre una hoja blanca palabras como: mochila, carpeta de dibujo, cuaderno de caligrafía… y una mirada nos desnuda los pensamientos.
¿Cuántos interrogantes?
Apesar de haber vivido esta experiencia anteriormente, con nuestros hijos más grandes; hoy esta situación nos vuelve a emocionar y a llenar de ansiedad. Por esto comenzamos a preparar en familia el ingreso de Tomasito a la escuela primaria...
Empezar primer grado es un cambio muy importante tanto para los chicos como para los padres. Aparecen objetos nuevos que simbolizan una etapa nueva: el cuaderno, la cartuchera y el guardapolvo o el uniforme son diferentes a los que usaban cuando estaban en el Jardín.
Y lo que también aparece como novedad es, en la mayoría de los casos, una carga de ansiedad que va en aumento a medida que se acerca el primer día de clases: es muy común que los chicos lo expresen directamente, que estén muy excitados, que les cueste conciliar el sueño o que estén irritables. Ante estas situaciones -y aunque no haya ninguna manifestación, que también es una señal de preocupación por el tema- es fundamental que los padres abran la puerta al diálogo, que junto con los abuelos se recuerden anécdotas y se miren fotos de cuando los papás empezaron la escuela y que se converse sobre todos los miedos que les puedan surgir a los chicos.
Una vez iniciado el ciclo escolar es conveniente aprovechar las reuniones de padres y el cuaderno de comunicaciones, así como pedir una entrevista con la maestra para poder ir siguiendo de cerca al pequeño.
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